Todo lo que necesitas saber sobre las pesadillas

por Miguel Gaviria 2
Escrito Por:
Miguel Gaviria
Terapeuta Emocional

Es de noche y estás solo.
Es un lugar conocido, aunque sientes que hay algunas cosas que son distintas. No sabes decir qué es, pero lo notas.
De repente, se oyen unos pasos.

Clop,clop,clop.
No quieres girarte y te acurrucas.

Clop, clop, clop.
Cada vez suenan más fuerte. Están acercándose.

Clop, clop, clop.
Una mano helada te coge por la nuca y gimes de miedo. El grito hace que te despiertes y vas corriendo a la cama de tus padres.
Tienes 5 años y acabas de tener una pesadilla.

Han pasado unos cuantos inviernos, ahora eres un adulto y, cuando tienes una pesadilla, ya no puedes ir corriendo a la cama de tus padres. ¿Qué puedes hacer entonces?

¿Qué son las pesadillas?

Tal vez hayas sufrido una pesadilla alguna vez.

Es un tipo de sueño en el que no te gusta lo que sucede. Lo vives con miedo, angustia y ansiedad.
Te despiertas asustado y te alegras de que lo que pasaba no fuese real.

Las pesadillas más comunes son:

– Sueños de muerte: En ellos, suele morir algún familiar, amigo o tú mismo. En este último caso, es muy probable que te despiertes justo antes de morir.
Yo he soñado que se moría mi padre, mi madre y mi mujer. Aunque, por fortuna, no lo hacían los tres en el mismo sueño.
Cuando te sucede algo así y no sabes que esas imágenes son metafóricas, puedes cometer el error de pensar que son señales que indican que los protagonistas corren peligro. ¿Qué haces entonces? Te preocupas, les avisas angustiado, piensan que estás loc@…

– Sueños sobre accidentes: En los cuales algún conocido o tú, sufrís un imprevisto que causa una lesión. En estos sueños eres presa de una fuerza mayor que te lleva a pasar por esa experiencia desagradable.
En uno de mis sueños más angustiosos, mi mujer conducía con normalidad su coche cuando, de repente, un bus la arrolló y la estrelló contra el lateral de la calzada. Yo salí corriendo para ver cómo estaba, pero al llegar al coche todo estaba oscuro y no podía abrir la puerta.

– Sueños amenazantes: en estos últimos, tienes la sensación de que algo o alguien puede causarte un mal.
Pueden ser sueños en los que huyes dando lugar a una persecución interminable o encuentros con figuras terroríficas de las que no puedes escapar.
Un sueño amenazante que viví con mucha angustia era uno en el que estaba durmiendo en mi cama cuando, de repente, noté un aire frío en las piernas. No podía ver nada, pero estaba seguro de que había algo ahí. Cuando me di la vuelta vi a una mujer fantasma que se me acercaba, me inmovilizaba y me impedía escapar.

Desde un punto de vista terapéutico, las pesadillas actúan como mensajes muy importantes para tu salud emocional. Suelen aparecer en momentos de crisis y la información que te proporcionan tienen mucha utilidad en la situación en la que te encuentras. 

Lo que no debes hacer con tus pesadillas  

“Si conoces al enemigo y a ti mismo,
ni en cien batallas correrás peligro.
Para conocer a tu enemigo,
debes convertirte en su amigo”.
Sun Tzu

El denominador común de las pesadillas es el miedo.

Cuando sufres este miedo sueles reaccionar de dos maneras:

Evitación

Control

La evitación consiste en escapar de ese miedo.  
El control en dominar todo lo que te rodea para ganar sensación de seguridad.

Ninguna de estas dos reacciones te ayuda. De hecho, ambas conductas empeoran la situación.

Cuando escapas pierdes tu libertad y te condenas a huir eternamente.
Cuando intentas controlar todo, entras en pánico si cualquier elemento escapa a tu control y te conviertes en un controlador.

¿Existe una alternativa?

Sí.

Ejercer tu valentía y enfrentarte a ellos.

Ten en cuenta que el valiente no es aquel que no tiene miedo. A ese se le llama loco.
El valiente es aquel que, cuando siente el miedo, le mira a los ojos y se enfrenta a él.  

Los 5 pasos para lidiar con tus pesadillas

Enfrentarte a tus miedos no es siempre sencillo, por ello, te voy a mostrar cinco pasos para que ese camino sea un poco más fácil, pero antes quiero dejarte algo muy claro.

Si al aplicar estas técnicas consideras que tu nivel de miedo, angustia o ansiedad es demasiado alto, detente.
No te fuerces ya que el resultado lejos de sanarte, puede ser contra-producente.
Si no puedes manejar la pesadilla, pero deseas conocer su significado yo puedo acompañarte en mi consulta privada.

1. Escríbela en presente y primera persona

¿Conoces la historia de Hansel y Grettel?  El 2 de diciembre del 2014 tuve una pesadilla similar a ese cuento, la cual voy a utilizar para ejemplificar cada una de las estrategias que te mostraré. 

Lo primero que debes hacer es coger un bolígrafo y un papel y escribir tu pesadilla, en primera persona y en presente.

“Estoy en una casa oscura donde comen humanos. Aparece una señora y se acerca. Es gorda, enorme y parece dispuesta a comerme. Cojo dos cuchillos grandes, uno en cada mano, y se los clavo en el cráneo. Ella se queda mirándome, pero parece no sentir dolor. Al ver que no muere, vuelvo a coger los cuchillos e intento clavárselos en otro lado para acabar con ella”.

2. Reflexiona sobre ella

Todos los personajes, objetos o animales de la pesadilla son una parte de ti y, al hacerte algunas preguntas, empezarás a relacionar lo que sucede en el sueño con lo que te pasa en la vida real.

Aquí te muestro algunas interesantes.

¿Qué te traen a la mente los enemigos o las amenazas?

Mi enemiga es una mujer mayor y más grande que yo. Me trae a la mente mi niñez, concretamente mi visión sobre la autoridad. Los adultos eran más grandes que yo y tenían todo el poder sobre mí.

Es caníbal, lo que me indica que carece totalmente de empatía. No me imagino a un caníbal preocupándose por la persona que se va a comer. Ni por sus sentimientos ni por sus emociones.

Su tamaño sugiere obesidad mórbida fruto de comer sin parar. Esa conducta me conecta con una gula insaciable que le impide estar satisfecha. Hay un aspecto negativo adicional que es la falta de cuidado de su cuerpo. No le importa estar como está. Este tipo de condición siempre me ha transmitido una baja auto-estima.

¿En qué se parecen a mí esos enemigos o amenazas?

Si todos los personajes de mi sueño son una parte de mí ¿qué parte puede simbolizar esa mujer? ¿cuándo me trato como me trata esa mujer?
La falta de empatía se parece a mi falta de auto-empatía. Rara vez tengo en cuenta mis emociones, sentimientos y necesidades. Estoy más pendiente de cumplir con mi deber que de hacer lo que quiero y lo que me gusta.

También suelo forzarme cuando estoy agotado sin tener en cuenta mi cansancio.

Esa gula insaciable se parece a la sensación de nunca estar satisfecho conmigo mismo. Me siento inferior y estoy buscando la aprobación de los demás constantemente. Mientras intento ser alguien que no soy, me engaño a mí mismo diciéndome que todos esos cambios que “necesito” son parte de un desarrollo personal que me convertirá en alguien más válido.

Y, por último, me pregunto ¿en qué se parecen a mí esos adultos que tienen más poder que yo? Me viene a la mente el super-yo de Freud que, en resumen, representa esa vocecita interna autoritaria, hiper-exigente, que se encarga de hacerte cumplir con el deber, y te señala constantemente tus errores, defectos y carencias.

– ¿Cómo actúo en la pesadilla?

Con miedo y agresividad.

Lucho desesperadamente por mi vida, pero la mujer no muere cuando le clavo los cuchillos. Eso me hace pensar que la agresividad es infructuosa frente a esta enemiga, y me pregunto ¿cómo podría vencerla? Entonces recuerdo la frase del psicoterapeuta Fritz Perls “en la medida que se pelea con un síntoma, éste se agrava”. Mi primer paso para vencerla es asumir que está ahí. Luego ya descubriré qué hacer para poder gestionarla.

¿En qué se parece mi vida a esta pesadilla?

En la pesadilla me intentan devorar y me siento impotente al no poder neutralizar la amenaza. Entonces me pregunto ¿en qué momentos de mi vida me siento devorado o impotente?

Podría relacionar esa sensación con dos áreas de mi vida. Mi proyecto profesional y mis relaciones de pareja.

En mi proyecto profesional suelo ponerme metas muy altas que pueden deberse a querer satisfacer las metas de otros en lugar de las mías. Me presiono con auto-exigencias poco sensatas y no me tengo en cuenta a mí mismo. En su lugar, vivo al servicio del deber.

En mis relaciones de pareja suelo dejar mis necesidades a un lado y me centro más en las del otro. Intento tener contenta a mi pareja en todo momento y eso hace que me sienta devorado por sus deseos y necesidades.

¿Qué trato de evitar?

Ser devorado. En sentido metafórico intento evitar que me devoren 2 aspectos psicoemocionales insanos:

1. Las hiper-exigencias acompañadas de una falta de empatía hacia mí mismo.

2. No sentirme suficiente, lo que se traduce en una baja auto-estima que me empuja a ponerme en el deber cumplir las expectativas de otros para que me valoren.

3. Dialoga con la amenaza

Dialogar con la amenaza es ponerle palabras. Sirve para poder conocerla, acercar posturas y encontrar un equilibrio.
Por ejemplo, la parte valiente de uno mismo hace que la miedosa se atreva, y la miedosa que el valiente no se convierta en un temerario.

¿Cómo lo haces?

Es como escribir el diálogo de una película, donde tú eres el guionista y te imaginas qué diría tu amenaza si te diriges a ella y le haces preguntas.

Como ejemplo, continuando con mi pesadilla este podría ser un posible diálogo:

Yo: ¿quién eres? ¿por qué me quieres comer?
Mujer: yo tengo hambre y necesito ser saciada, es mi necesidad y tú eres mi comida. Tú estás aquí para mí.
Yo: pero yo soy un humano, ¿por qué comes humanos?
Mujer: porque es lo que necesito y lo único que me llena, los humanos.
Yo: ¿a qué te refieres con que necesitas a los humanos? Tú también eres humana.
Mujer: Si, pero de las vacías. Necesito a esos tiernos humanos, con su tierna y suave piel, me dan calor. Todos son para mí.
Yo: ¿vacía en qué sentido?
Mujer: nadie me quiere y necesito controlarlos para que estén conmigo, dominarlos y comerlos para tenerlos dentro de mí.
Yo: de esa manera no solucionas nada, estás sometiendo a las personas y acabas destruyéndolas.
Mujer: No te atrevas a decirme como hacer las cosas, tú eres mío.
Yo: lo quieres todo para ti, eres totalmente egoísta, siempre tengo que estar a tu servicio.
Mujer: tu vida no es tuya, deja de opinar y decir cosas ridículas, cállate y obedéceme.
Yo: quieres que me convierta en un obediente, que me someta. Si de algo me sirves es para darme cuenta que he vivido así en muchos aspectos de mi vida.
Mujer: y lo seguirás haciendo…
Yo: no si me doy cuenta
Mujer: tú nunca te das cuenta de nada, no vales nada, eres un objeto para cumplir mis deseos, y mi deseo es que me llenes.

Este diálogo me ayuda a darme cuenta que esta mujer representa a una parte insana de mí. Como puedes ver, en el diálogo, no surge un punto de equilibrio sano. Ella lo único que pretende es mantener mi comportamiento de obediencia y sumisión.

Es una parte insana que debe ser detenida.

4. Entra en la pesadilla

Este ejercicio práctico tiene como fin ir un poco más allá de lo cognitivo, utilizando la fantasía para conectar con las sensaciones, emociones y sentimientos que te produce la pesadilla. De esta manera puedes acceder a nueva información que no ha surgido en las estrategias anteriores.

Para hacer la re-entrada en la pesadilla tienes que cerrar tus ojos e imaginar que estás volviendo a vivirla, siendo el personaje que fuiste en la pesadilla (en primera persona).

Es un ejercicio imaginativo que puedes enfocar de 3 formas:

– Permitir la escena temida

Experimenta qué te pasa cuando sucede aquello que temes. Si vas a morir, muérete. Si te van a matar, deja que lo hagan. Entonces observa qué te pasa.

Por ejemplo:

Cierro los ojos y traigo a mi mente la pesadilla. Imagino que la vivo de nuevo entera, desde el inicio hasta el momento en el que le clavo los cuchillos a la mujer y no muere.

Ahora decido no oponer resistencia y ver qué sucede. Al no hacer nada, ella me coge del brazo con fuerza y me lanza contra una esquina. Se acerca y me da patadas mientras yo me intento cubrir hecho un ovillo. Oigo como dice: “ahora eres mío” y me siento impotente.

Entonces abre la boca en un ángulo grotesco y empieza a comerme. Noto como dejo de existir mientras una sensación de tristeza, impotencia y rabia se apodera de mí. Me convierto en un espíritu atormentado y no puedo salir de ese lugar.

Al permitir la escena temida me doy cuenta de que me lleva a la destrucción. Entregarme al super-yo es insano y me anula por completo.

– Pedir ayuda

Al entrar en la pesadilla pides que se presente algo o alguien que te sirva para poder hacer frente a la situación. Entonces recorres la pesadilla con esta fuerza y dejas que te ayude. Es importante que dejes que la ayuda aparezca espontáneamente en tu mente después de solicitarla (mientras tienes los ojos cerrados) y no que la elijas racionalmente.

Por ejemplo:

Cierro mis ojos y traigo a la mente la pesadilla. Me encuentro en ese terrorífico lugar donde comen humanos y pido ayuda.

Entonces aparece una pequeña hada que alumbra el lugar y me dice que abrace a la mujer. Aunque la idea no me gusta, le hago caso: me acerco a la mujer y la abrazo. Ella se queda perpleja, sin saber qué hacer. Permanece inmóvil y deja de atacarme.

Al entender que la mujer representa las hiper-exigencias, los auto-reproches y auto-castigos, me doy cuenta que éstos solo tienen cabida en un ambiente interno agresivo.

Es una parte que se activa frente a la carencia de amor y cariño y se desactiva automáticamente ante su presencia. Cuando más me trate con amor y cariño, menos seré devorado por mi auto-maltrato. De ahí que la mujer se detenga cuando le doy cariño.

– Experimentar una resolución espontanea

Vuelves a vivir la pesadilla tal como fue hasta el punto en el que se cortó o te despertaste, entonces interactúas con los diferentes elementos del sueño de forma espontánea.

Cierro los ojos y traigo a mi mente la pesadilla. Imagino que la vivo de nuevo entera, desde el inicio hasta el momento en el que le clavo los cuchillos a la mujer y no muere.

La observo y decido hacer algo nuevo. Ya que no muere ni puedo escapar, me limitaré a negarme a sus exigencias.

Le planto cara y le digo:

– No me devorarás y tampoco me voy a poner a tu servicio.

Me doy media vuelta y me alejo con un paso lento.

Por el rabillo del ojo veo como ella pone una mueca de víctima y dice que si me marcho ella se quedará sola y morirá.

No cedo a su chantaje y con cada paso que me alejo, mi cuerpo se va haciendo más grande. Dejo de sentirme impotente. La mujer es ahora más pequeña que yo y el lugar donde estoy ya no me da miedo.

Al realizar este ejercicio encuentro una solución para vencer a esa mujer: negarme a sus demandas.

A nivel psico emocional, eso se traduce en no atender a esa vocecita interna del super-yo cuando me presiona:

en mi proyecto profesional con hiper-exigencias.
para satisfacer compulsivamente las expectativas de mis parejas.

5. Reescribe la pesadilla

Después de este paso, vuelve a reescribir el sueño cambiando lo que quieras cambiar.

Recomiendo usar esta técnica después de haber aplicado las otras, de lo contrario, es fácil que fantasees una solución irreal. El objetivo no está en transformar todos los sueños desagradables en sueños agradables y crear un mundo “Disney” sino en conectar con el mensaje que te ofrecen y poder gestionarlo.

Por ejemplo, una manera fantasiosa de reescribirlo sería:

“Estoy en una casa oscura donde comen humanos. Aparece una mujer y se acerca. Es gorda, enorme y parece dispuesta a comerme. Yo corro y salgo de la casa, atravieso un bosque y llego a un pueblo. Entonces me encuentro a salvo”.

En cambio, una manera de cambiar la pesadilla en la que asumo y gestiono el mensaje que me transmite sería así:

“Estoy en una casa oscura donde comen humanos. Aparece una señora y se acerca. Es gorda, enorme y parece dispuesta a comerme. Yo me planto al frente de ella y le digo:

– He permito mucho tiempo que me domines, que manejes mi vida. Ante ti y tus demandas me he vuelto un sumiso y obediente. Ya no estoy a tu servicio y no me importa lo que tú opines o quieras. No te voy a hacer caso.

Entonces ella deja de ser grande y se empequeñece, llora y se hace la víctima, y aunque siento el impulso de acudir a su rescate, no lo hago. A partir de ahora yo soy el importante, no ella.

Decido salir de la casa y ella, aunque me sigue, no me domina.”

Del inconsciente al consciente

Una vez has realizado estos pasos has conseguido traer a tu parte consciente un mensaje que estaba en el inconsciente y, desde ahí, puedes gestionarlo.

En mi caso, la mujer que me quiere devorar me conecta con una parte insana de mi psique, que cuando me entrego a ella:

No me tengo en cuenta. (falta de auto-empatía)
No me siento suficiente. (baja auto-estima)

Con los ejercicios he podido ver 2 soluciones:

1. Intentar matar a la mujer de la pesadilla no da resultado así que pruebo otra estrategia. Veo que negarme a sus demandas hace que ella pierda poder.

Pasando de lo simbólico a lo psicoemocional significa que desatender a esa vocecita interna que me dice que “tengo que esforzarme más” o que “tengo que cumplir con las expectativas de otros”, me permitirá tenerme en cuenta, conectar con mis sentimientos, necesidades y deseos.

2. Al comportarme amorosamente hacia el personaje de la mujer, se desactiva su fuerza maltratadora.

Traducido al plano psicoemocional significa que tratarme amorosamente y con respeto cuando la vocecita interna me dice que “no soy suficiente” o “no valgo tal como soy”, desactivará ese sentimiento de insuficiencia para sentirme satisfecho conmigo mismo.

Darme cuenta de cómo funciona esta parte insana en mí me ayuda a realizar algunos cambios en mi vida:

Me facilita ponerme metas realistas y no sobredimensionadas en mi proyecto profesional.

Puedo aceptar más fácilmente mis limitaciones y sentir que soy suficiente sin ser Einstein.

Evita la ansiedad que me suponía no cumplir las expectativas de mi pareja. Ahora me siento satisfecho con lo que soy capaz de dar.

Como ves, trabajar la pesadilla te puede ayudar a entender su significado y encontrar soluciones para mejorar tu salud psicoemocional.

Espero que te sirva, y recuerda que estoy disponible para acompañarte a encontrar el significado de tus sueños en mi consulta privada, aquí me tienes.

Y si no, siempre puedes volver a la cama de tus padres ;p

*Toda la información y recomendaciones en este post no sustituye en ningún caso a un terapeuta, psicólogo, psiquiatra o tratamiento médico.